jueves, 29 de enero de 2009

En la Base

Un amigo mío, que lleva 30 años trabajando en la base de Rota -en Telecomunicaciones-, me contaba que tiene un compañero de esos con los que da gusto estar. Campechano, directo, con ese pensar auténtico que no ve ni prentende segundas intenciones. Un hombre bueno, vaya. Esa rara estirpe. Desde su sencillez, le soltaba esto el otro día por la mañana:
- Quillo, ¿tú has visto los judíos hijos de puta la que están liando? Es que hoy he visto como han matao a unas criaturitas, de verdad, que vergüenza. ¡No, si al final los nazis no eran tan malos!
Lo curioso es que no se rió tras decirlo, que no era un chascarrillo. Seguía su cara de indignación. Interprétese como se quiera, yo ya lo he hecho.

sábado, 24 de enero de 2009

La vergüenza inexistente

Voy a ser breve hoy, no tengo ganas de calentarme. Demasiado lo estoy ya. Si hay algo con lo que no puedo es con la hipocresía, y si hay algo peor que la hipocresía es que te la hagan en tu cara sin nadie que diga nada -en este caso una oposición inexistente-. El Ayuntamiento de Cádiz no quiere, por nada del mundo, que los jóvenes beban en las calles. A ellos les importa la juventud, y quieren alejarla del alcohol y los malos hábitos. Por eso acondiciona un sitio en la ciudad, un sitio accesible para todos, resguardado del viento y las inclemencias meteorológicas. Para que beban allí. Para que beban y hagan lo que le salga de los mismísimos. Allí ya no molestan.

Y por eso, el Ayuntamiento de Cádiz sí, crea unas instalaciones de futbol 7 para que todos los chavales puedan jugar al fútbol 7. La pista, por hora, cuesta unas 8000 de las antiguas pesetas, algo totalmente accesible para un chaval de 16 años -y de 25, pero de eso hablaremos otro día-. Algo totalmente en sintonía con la definición de "servicio público". Unos 3 euros por barba, unas 500 pesetas. Por eso, también, el Pabellón Ciudad de Cádiz solo se puede alquilar los sábados de 10 a 11 de la mañana, porque a las 11 empiezan allí los ensayos para el pregón del Carnaval de Cai weno ole ahí tus cojones Teófila. Y por eso las pistas de Baloncesto se ceden "por error" a dos grupos diferentes, que al final, y "por error", han de compartirla. Eso si, cobrándose las 2 tarifas. Por error.

Paso de calentarme. Es lo que pasa cuando no tienes oposición. Que haces lo que te sale del coño.

jueves, 22 de enero de 2009

Esencia gaditana

Comenta Ramón Solís en su libro "El Cádiz de las Cortes" que, ante la orden -por parte de las mismas-, de la construcción del fuerte de Cortadura para la defensa del francés, todos los gaditanos, sin importar su clase social, acudieron prestos. Era increíble ver el trabajo desinteresado de tanta gente levantando aquella muralla -que finalmente apenas sirvió de nada- allí reunida sin orden ni concierto.

La cosa -prosigue el autor- cambió bastante cuando se establecieron turnos ordenados y se jerarquizó la tarea. Muchos dejaron de ir, lo que supuso incluso la amenaza para aquellos gaditanos que no lo hicieran. Dice Solís que fue injusto ese tratamiento por parte de las Cortes, cuando habían sido los gaditanos de motu propio los que habían empezado desinteresadamente la tarea.

Imagino la situación de otra manera a la que describe Solís. Aunque los hechos sean los mismos, imagino a dos estibadores en el muelle, el primer día de la afluencia masiva para la construcción de la muralla:

- Que calor, picha.
- Pero calor. Pasame esa caja, anda.
- Toma. -Se limpia el sudor de la frente, cuando divisa algo en el fondo. -¿Qué es eso?
- ¿El qué? Ah, creo que es lo de Cortadura. -Lo que presencian es un éxodo masivo de todo tipo de gente, subiendo la cuesta de las Calesas.
- ¿Lo de Cortadura?
- Sí, joé. Por lo visto los políticos han llamao a la gente pa que se apunte a construir la muralla, que los franceses están cerca.
- Pero, ¿no curran?
- Sí, pero los mismos patrones van, es algo patriótico dicen.
- ¿Algo patriótico? Lo que hace aquí es un calor del carajo. Anda, pillate un par de bocadillos de tortilla y nos vamos pa ya, echamos un diíta de playa, que está el tiempo del carajo, y vemos pibas. Ponemos un par de ladrillos y nos damos un bañito, ¿no?
- Venga, yo iba a quedarme tol día, así que he traío un tapergüé con pimientitos.
- Po venga, picha, que aquí estamos perdiendo tiempo y dinero. No vamos a ser los tontos nosotros.

Días después, cuando se organizan los turnos, horarios, y empieza a ser obligatorio el asunto:

- Mí esta gente, los políticos. Tos iguales. Esta gente se han creío que somos tontos. Que vengan ellos, cojones, a poner piedras. Van a vení a robá a la carse.
- Por la cara picha. Además, que estamos aquí en el muelle currando, no tocándonos los huevos.

miércoles, 14 de enero de 2009

Cadena perpetua

Me introduje en el mundillo de la nueva hornada de series un poco tarde. Ya había terminado la segunda temporada de "Perdidos". Un poco por pereza, otro poco por pensar en ellas como productos de consumo rápido. Rectifiqué a tiempo, y pude ratificar lo que se comentaba en los últimos números del American Screenwriter: que los nuevos talentos entre los guionistas estaban alejados del cine, y habían migrado masivamente a la televisión. Sin duda, la repetición de la fórmula Holliwoodiense estaba haciendo que, con suerte, las películas de calidad que pasaban por nuestras carteleras cada año pudiesen contarse con los dedos de la mano.

Es evidente: la fórmula narrativa del cine que domina el mundo empieza a dar síntomas de carencia, de repetición, de falta de ideas -no hay más que ver el alto número de remakes que asoman últimamente por nuestras pantallas-. Los 90 o 120 minutos con primer acto, punto de giro, segundo acto, climax y final, hacen que el espectador de hoy sea muy difícil de sorprender, porque la misma estructura narrativa te lleva a saber -casi con toda seguridad- lo que está a punto de pasar o cuanto queda para el final. No debe sorprendernos nuestro cansancio: un estilo pictórico jamás duró tanto como pretenden los productores que esta forma de cine dure.

Tras ver "Perdidos", "Prison Break", "The Shield", "Heroes", etc, no es difícil ver que, aparte de lo bien trazados que están los personajes e hilvanadas las tramas, es la estructura misma de la propuesta la que ha hecho de tales franquicias un éxito absoluto. Obviando alguna que otra trama no cerrada, inverosimilitud en bastantes partes, etc, no podemos negar que las series enganchan. La estructura miniepisódica dentro de cada capítulo -importada directamente de la forma de ver las cosas en Internet-, es un acierto por parte de productores y escritores- Es muy difícil perder el interés en una escena de 4 minutos -muy mal escrita tiene que estar-. Cuando el interés está en lo más alto, se corta y se pasa a otra trama, dejando en vilo la anterior. El recurso no es nuevo, aunque convertirlo en la base estructural de la obra sí lo es.

De todas las series que he visto, no dudo en afirmar que ha sido "Carnivale" la única obra maestra con la que me he encontrado. Como casi todo lo bueno, no ha tenido la difusión ni la propaganda que merece. Y lo merece tanto la solidez de la historia, la inteligencia del guión, la profundidad de los personajes, como la la factura high-end que presenta: está, en cuanto a música, fotografía, diseño artístico, etc, al nivel de cualquier producción de la gran pantalla. Recomiendo encarecidamente un vistazo -por aquí por la red se puede encontrar- a todo el que quiera ver, al menos, algo diferente.

En octubre del año pasado, tras ver el despropósito y la tomadura de pelo que me parecieron los dos primeros episodios de la cuarta temporada de Prison Break, auguré a Don Enrique y varios amigos míos su desaparición de la parrilla, antes o después. Dejé de verla, directamente, porque aunque confiaba en una remontada de lo que habíamos visto en la temporada anterior -en claro declive-, no solo no se produjo, sino que el punto de partida de la nueva entrega era ridículo, surrealista. Todo sin explicación, un intento de meternos un todovale porque sí, porque los fans de Prison Break seguirán siéndolo. Craso error. Observo hoy en el periódico, tras un puñado de episodios que sustentaban una trama sin rumbo, un pollo sin cabeza, un titular que reza que "La Fox cancela Prison Break por sorpresa".

La sorpresa para los mandatarios de la cadena, supongo, será haber comprobado que, a fin de cuentas, el público no es tan tonto como piensan y que, por muy fanático que se sea de algo, a la gente aún le queda algo de capacidad para discernir si le están dando gato por liebre. Hecho que demuestra, además, que por mucho que se cambie la estructura para sorprender, si ésta no alberga ningún tipo de contenido, no tiene ningún sentido. Tampoco deja de tener su gracia que la estructura en sí, que nace con la cultura del consumo rápido -de ahí las escenas cortas y las mil subtramas- haya empezado a flaquear ni 10 años después de su inicio. Pues eso. De consumo rápido. Habrá que volver a empezar a estrujarse la cabeza para escribir contenidos interesantes, comprobado ya que no es solo la estructura lo que nos aleja cada vez más del cine.

domingo, 4 de enero de 2009

La mano sí, el brazo no

Esto es un comentario mío a una entrada anterior que reproduzco aquí antes de que la otra página mida kilómetros.

No sabía que lo que escribí sobre la igualdad pudiera malinterpretarse de esa manera. Perdón a los/las ofendidos/as. Defiendo no la igualdad de la mujer, sino la igualdad entre inmigrantes y no inmigrantes, pobres y ricos, y por supuesto mujeres y hombres. Algo que cualquiera que me conozca un poco sabe. Lo que mi sentido común no me permite es aceptar la consecución de ese objetivo por medio de medidas surrealistas y tan estúpidas que tiren por tierra el verdadero trabajo de feministas con dos dedos de frente que saben que, aunque a su niño le enseñen a decir "médica" en lugar de "médico", no por ello va a dejar de maltratar a su mujer. Diferenciar, en lugar de integrar. Crear la diferencia cuando no existe. Crear "jueza" para diferenciar no ya del masculino, "juezo", que no existe, sino del neutro "juez", que unifica a ambos. Tonterías como esa.

Así que lo que defiendo es la acción directa, con la cara al descubierto. Por ejemplo, cambiando de cabo a rabo el sistema educativo claramente machista, creando un departamento en el órgano legislativo del gobierno o directamente sacando a referendum propuestas que verdaderamente detengan el maltrato de género. ¿Alguien iba a estar en desacuerdo con eso? ¿O será que por el hecho de haber política -oscura palabra- de por medio, no conviene, y es mejor tirar de pegatinas, cambios aleatorios en el diccionario y Ministerios de Igualdad que Igual dan, llevados por gente inepta?

Y lo que más me indigna es que gente a la que considero inteligente pueda llegar a creer que me van a colar la pamplina. Resumiendo: estoy en contra de toda violencia, incluida la de género, pero estoy en contra del feminismo de papanatas que cobran su sueldo por proponer, hacer o decir tonterías, que quedan bien en sus discursos y que son los que hacen que la gente que sí confunde ideologías considere a todo el feminismo -al de verdad, y al de tebeo- como una tomadura de pelo.

sábado, 3 de enero de 2009

Atravesando las barreras


Tendría unos 10 años, puede que incluso menos y, aparte de Queen, que fue como el pan mío de cada día, fue Spandau Ballet el grupo que me tocó la fibra. Eso no se elige, no se medita. Simplemente te toca o no. Hoy, con los años, sigue pareciéndome de lo mejor de aquella época sintética. Canciones que sonaban a canciones, no a productos. Fueran lo que fueran. Etiquetados como "New Romantics", a mi realmente las etiquetas de periodistas que estaban allí porque les tocaba no me importaban en absoluto. Y es que, aparte de la inteligencia y la sensibilidad a la hora de componer de Gary Kemp, la voz de Tony Hadley es un regalo de dios, exista o no. La sensibilidad, la técnica, la personalidad y la capacidad de transmitir sensaciones es algo que se tiene o no. Ahora, escucho a Hadley 20 años después y pienso que llevábamos razón: era y es un grande. Un profesional que sigue sonando en directo exactamente igual que en los discos que me marcaron, aunque realmente Spandau Ballet fuera un grupo insignia para una generación anterior a la mía. Mientras esa generación bailaba su música, yo terminaba 5º de EGB.

En fin: aunque tire de Queen, Hendrix, Robben Ford, U2, Smetana, Dire Straits, Chopin, John Williams, Hans Zimmer, Monte Montgomery, Tears for Fears, Iron Maiden, Helloween, Place Vendome, etc, -los que se me vienen ahora a la mente, mañana serían otros- no puedo evitar que al escuchar Through the Barricades y True se me salten las lágrimas. Aunque sea porque me recuerdan a dos personas a las que quiero de una manera inexplicable. Eso, al fin y al cabo, es la música.

http://es.youtube.com/watch?v=FLR9yyI9CHg

jueves, 1 de enero de 2009

El/la tontopollismo/a

Como el feminismo a espuertas me sigue pareciendo un negocio -al igual que ETA-, voy a permitirme aquí expresar más o menos lo que vengo pensando del tema. Quizás porque no me considero machista/machisto tengo la libertad de decir lo que me da la gana. No se cuantos asesinatos hay en España anualmente. Me atrevería a decir que algo semejante a 5 cifras. Y no se cuántos hay de "maltrato de género". Me atrevería a decir que 2 cifras. Entonces me sigue pareciendo que la separación entre violencia X o Y es absurda, teniendo en cuenta que considero al ser humano violento, hijo de la gran puta y cabrón. Por eso me parece de tebeo lo de "violencia de género". Porque desde que nos despertamos hasta que nos acostamos hay violencia de género, de número y de Genaro. Pero bueno, como no pretendo ni intento acercarme a la gente que categoriza sistemáticamente -"Este es un machista"-, comento esto porque mi forma de ver las cosas -bastante abierta, creo- me lo permite. Seguiré riéndome de la gente que utiliza palabras inventadas, seguiré cachondeandome de feministas de pegatina -ya lo hice hace 12 años con comunistas que ahora rozan el peperismo-, y seguiré defendiendo a hombres, mujeres, u orangutanes que crea que llevan la razón. Ya sean X, Y, Z, o carajotes/as. Mantengo/Womantengo/Mantenga/Womantenga lo/la dicho/dicha. (O punta)