La ventaja de tener tantas aficiones es que, seguramente, el día que me muera, no estaré aburrido. De hecho, es quizás enfermiza la falta de tiempo que tengo para la gente. Tampoco pasa nada: en los tiempos que corren, es recíproco. Evidentemente, los/las (ey Tatiana) de siempre están excluídas en esta reflexión. Nuestra red vital se sigue tejiendo y cada vez es mas difícil que se adapten a nuestra madeja. Por eso disfruto de mis charlas con esa señora que se destaca como rara avis entre una generación corrupta -a pesar de ella- y personajes enfermizos.
Bueno. A partir de aquí podría acudir al gafapastismo y la solvencia diciendo que sí, que El Acorazado Potemkim, Amanecer, los Monty Phyton, Woody, Groucho, Rabinovich y Cansado, entre otros, me marcaron, y que ahora ando inmerso en una crítica global a la desigualdad mundial tanto de género como de número como de letra como de casapuerta.
Pero no. Simplemente voy a mencionar lo muchisimo que he disfrutado de un deporte que me parece sagrado por el sufrimiento que supone, de un corredor que tiene sangre en las venas, de unas sensaciones que tuve con 10 años viendo a Perico ganar el Tour, de Contador pasando un kilo de la disciplina, del qué dirán, y de la corrección que nos estaba atacando a este deporte últimamente. No pareces español, sinceramente. O sí, no se. Dime algo, Fernando.
http://www.youtube.com/watch?v=fprfiz6jTjA
viernes, 10 de julio de 2009
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