El Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval (COAC) es absolutamente infame. Es un escaparate perfecto para ver, con perfecta definición, lo más vergonzoso e infrahumano que esta ciudad puede ofrecer. No me malinterpreten: no hablo aquí de calidad, de tal o cual agrupación, ni de jurado ni de nada. Hablo del circo completo. El que empieza por el Ayuntamiento y acaba en gallinero. O al revés. Decidí este año -asqueado por la podredumbre que destila el concurso desde hace ya más tiempo de lo que la gente se cree- no prestarle ni la más mínima atención al asunto. Olvidarme completamente y disfrutar de lo que creo que es el carnaval, justamente lo que empieza cuando termina el Falla.
Así que solo llevaba escuchadas un par de coplas cuando mi amigo David, que está en Bilbao, que pasa absolutamente del carnaval pero al que la distancia le hace añorarlo, me preguntó ayer si estaba viendo el concurso. Le dije que no. Me comentó que acababan de hacer que un cuarteto se retirara. Y me contó la historia. La de siempre.
Uno de esos males, al fin y al cabo, de los que hacen a uno pasar vergüenza de ser de aquí. La falta de respeto, que no es más que un camino para llegar al fin que realmente pretende el que insulta: ser el protagonista. Ser más gracioso que. Saber más qué. Ser el entendido de. Ser, desde mi punto de vista, un completo analfabeto sin ningún tipo de -no hablo ya de educación- respeto ni sentido común.
Escudados en que la falta de calidad de la agrupación es en sí una falta de respeto hacia el público -demagogia gaditana clásica-, se procede al insulto, al chiste gracioso -para ellos, supongo- a la vejación y a poner en el ridículo mas horroroso a -supongo- gente con hijos, familia y amigos. Que por otra parte, y conociendo el patio, podrían haberles avisado de que, con esa calidad, en esta ciudad en la que lo sabemos todo, lo más probable era que pasara eso.
Antes, se tiraban tomates y demás tipos de hortalizas para demostrar el desacuerdo. Se supone que la evolución existe. Se supone, pero episodios como el de ayer dejan claro por qué somos la última puñetera ciudad de este puñetero país.
Porque cuando nos cierran Delphi en la cara, nos la meten doblada. Cuando cierran astilleros, también. Cuando nos pintan los aparcamientos de azul, también. Cuando está la cosa chunga porque Onda Cádiz tira el dinero porque no es suyo, y se intenta arreglar con campañas de multas con los que no tienen donde caerse muertos, también. El etcétera es infinito. Pero si una agrupación no tiene nivel... cuidado.
Cuidadín que esto es carnaval, es algo serio amigos, y aqui que nadie se pase un pelo. Porque de esto no sabe nadie mas que nosotros. Así que si aparece por aquí un cuarteto mediocre, el fascismo está permitido. Fuera y punto. Para eso hemos pagado la entrada. Para eso de esto sabemos más que nadie, nos llevamos desde Febrero a Febrero quemando literalmente los CDs de años pasados, de tanto escucharlos, para eso en las discusiones de barra todos llevamos razón. Y si alguien escribe contra el aborto, y el autor se llama Juan Carlos, Joaquin o Antonio, se le aplaude. Y si en el siguiente pasodoble, escribe a favor, se le aplaude igual. Porque de esto es que vosotros no entendeis, hay que haber nacido en la Viña, claro. Y aquí el carnaval es eso, es todo el año, de febrero a febrero, que la cosa está chunga y echar cojones -u ovarios- es mas incómodo que acudir al escapismo y rajar en conversaciones de barra y DYC a las 9 de la mañana. O de la noche. Y no se engañen: por eso, y solo por eso, nos va como nos va. Porque somos fáciles. Muy fáciles.
Lo peor, en definitiva, de los males endémicos que hacen que esta ciudad no exista para el resto: la cerrazón, el fanatismo, el artisteo endogámico, la puñalada trapera, el analfabetismo, la intolerancia para con los que no piensan igual, y una autoproclamada grandeza urbana que mira por encima, aunque en voz baja, a los que no son de aquí de aquí. Ya me entienden... una muestra perfecta y condensada del país al que pertenecemos.
sábado, 7 de febrero de 2009
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4 comentarios:
Me dio mucha pena el cuarteto de ayer. No tenían gracia por ninguna parte, pero no se equivocaron y estaban muy ensayados, así que ese trabajo hay que respetarlo. Otra cosa es que se cuelen en el Falla sin saberse el repertorio y haciendo el carajote... Pero no era el caso. Ayer cantaba tras ellos la chirigota del Love, el Cabra... esos típicos gaditanos que reniegan de lo demás y cuyos allegados hacen lo mismo. Estoy seguro de que aficionados de esta gente reventaron la actuación anterior con su "lo mío es lo mejor y esto no vale ná".
Una pena. Nadie nace sabiendo actuar y a los grandes autores de ahora se les dio la oportunidad de actuar una primera vez. Si se les hubiera echado de malas maneras es posible que a día de hoy no hubiera cuartetos buenos.
Es muy duro ensayar y ponerle ilusión a algo para que te traten así. Yo si voy al cine y no me gusta la película no me pongo a gritarle a Spielberg que eso es un mojón, simplemente me voy y dejo que el resto del cine la vea y opine... aunque nunca me he ido en realidad, siento respeto hasta por ese director que no está allí. Me basta con no recomendar la película y punto.
El peor enemigo del gaditano es el gadita, ese que se encierra tanto en su gaditanismo que los cañaíllas le parecen extranjeros, ese que quiere morir en La Viña y para ir a La Laguna coge el pasaporte, ese que vive en la peña de turno y cobra una paguita, ese que levantó nuestra fiesta, pero ahora se la está cargando...
Pues sí, qué competitividad y qué de golpes en el pecho.
La cosa está muy fea.
O, en el argot del yuyu: the situachon is like Teófila.
El dardo en la palabra Sr Jose. La autocomplacencia endémica de esta ciudad la hace comparable a un enfermo de sida terminal que, a pesar de todo, sigue excitándose con su propio cuerpo.
Totalmente de acuerdo Jose. La fatalidad de la ignorancia y la falta de respeto que se alimenta cuando se pierde la individualidad, cuando te escondes bajo el público "entendido" del carnaval, convierte a los espectadores irrespetuosos en tubérculos con patas
Hablando en plata, si no te gusta la agrupación, po te va al ambigú a emborracharte, antes que liarla
a pesar del progreso y del paso de los siglos, se sigue disfrutando del circo romano con los leones
esto es cai, pisha, y shosho
a mi parecer (y como chirigotera), penoso
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