Cansado de vivir en una ciudad en la que la gente presupone más arte del que tiene. De que se premie la mediocridad, de que la excelencia se castigue. De que algunos entren en los bares como el sheriff en el saloon, perdonando la vida a no se quién mientras se quitan las gafas con gesto de martini y cara de subnormal. Del clasismo a la baja de ciertos bares, que hacen de su clientela la flor y nata del analfabetismo más panderetil. De la gente que no tiene la capacidad de saber cuándo sobra, o que se hace la tonta cuando ello ocurre. De luchar por algo que no se sabe muy bien que es ni para qué se lucha. De despertarte al día siguiente y ver que todo está igual, que el pescado se lo siguen repartiendo los mismos imbéciles de siempre, y que todas las ganas de ayer no fueron sino el resultado del alcohol en su punto más alto. Cansado, en definitiva, de seguir teniendo ganas y de ver como el ladrillo de la realidad se estampa en tu cara en mil pedazos. Por suerte, el árbitro ha pitado el descanso justo a tiempo. Es hora de recuperar fuerzas: toca la segunda parte y esto no ha acabado. Cansado, pero porculero. Tela del telón.
domingo, 16 de noviembre de 2008
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1 comentario:
eso es un dominguito de resaca!!!
ponte una foto donde sonrías, anda, no te hagas el interesante
creo que nos vemos mañana
saludos
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