miércoles, 3 de diciembre de 2008

Egoístas, tontopollas, y políticamente correstos


Lo que sigue es un resumen de una charla real y en la que, sin duda, me desnudo ideológicamente al respecto de lo hablado.
- Por lo menos, concédeme la oportunidad de reírme en la cara de la gente -digo-.

- ¿Cómo? No entiendo tus máximas, no entiendo que no entiendas la circunstancia de la gente. -dice Manguy.

- El que no me entiendes eres tú, Manguy. Entiendo perfectamente lo que dices, simplemente te digo que si alguien me viene diciendo "Es que no tengo un duro: nosecuantos de hipoteca, nosequé de la letra del coche, y nosecuantos de nosequé", pues simplemente me río. Es decir, asesoro en lo que puedo al respecto, pero luego me río.

- Tú es que no entiendes las circunstancias de la gente, por eso no me puedes decir lo que piensas, porque no te pones en el lugar de la gente -me dice-.

-No tío, es más sencillo. Yo entiendo que la gente tenga problemas, totalmente. Pero un tío que tiene un piso, un coche y un loquetesalgadeloshuevos, que venga a llorarme cuando nos estamos bebiendo una cerveza, porque no tiene dinero para pagarla... Pues perdóname que me ría. Aunque le de la palmadita en la espalda por educación. Al final, a ti, cojones, que eres mi amigo, te diré que me cago en su puta madre, que el que no tiene dinero soy yo, que no tengo nada en el banco, no tengo casa y vivo con mi madre, y voy a los sitios en autobús y no tengo coche.

- Creo que vamos mas o menos por el mismo camino pero, no se, tu pareces no entender la circunstacia de la gente. No puedes hacer de lo que dices una máxima.

- Yo entiendo la circunstacia de la gente, pero sencillamente, no me pagan por escuchar gilipolleces. Y si vamos a contar cada uno su historia, y si cada una es mas absurda, egoista y ridicula que la anterior, por lo menos déjame el beneplácito de reirme o no del tema, o de pasar olímpicamente. Yo también tengo mi historia. Pero no voy soltándola en bares al primero que se me acerca. Quizás a amigos, como a mi me ha tocado escuchar. Y creo que me he portado como debía. Así que, por lo menos, concédeme el permiso de reírme de los imbéciles que creen que lo están pasando mal. Ni ellos, ni yo, por supuesto, sabemos qué es lo que es pasarlo mal.


Al final, estamos de acuerdo. Somos amigos, y nos miramos con cara de "Bueno, creo que estamos hablando de lo mismo". Pero hay mucho más allá. Otro día lo comentaremos. Gente que no tiene nada, y habla, y gente que tiene algo y habla. Y gente que tiene mas de algo y habla mas. Al fin y al cabo, es cuestión de comparación. Y ese es el problema. Otra Guinness, por favor. ¿O eran ya gintonics?

El resumen de lo anterior voy a expresarlo más o menos irónicamente: "Cobro 4000 euros al mes, pero pago la hipoteca de un chalet, una letra de un barco, movil ono, digitalplus y nosequé, así que no tengo un duro." Rezaré un plegaria por tí, pobretón. El que no tiene un duro soy yo, que no tengo nada de eso, vivo con mi madre y voy en autobús a los sitios. Y no lloro.
La foto del perro era porque me lo comería a bocados de lo bonito que es; un simple reclamo publicitario.

4 comentarios:

Raf. dijo...

Vaya, vaya...
Toda esa gente que dice: "no tengo un duro", en realidad está diciendo: "estoy más justo de lo que me gustaría".
Obviamente, disponen de recursos suficientes para tomase una cerveza en un bar. Pero yo voy más allá, ¿cuánta gente conoces en Cádiz que cobre 4000€ y tenga chalet, barco, coche y todo eso que dices? Muy poca, y se hablas de gente de nuestra edad, diría que ninguna. A no ser que lo hayan heredado, que también es posible.
Ríete cuanto quieras, pero deberías hacer una distinción entre dos tipos de personas. Unos son los que se quejan por vicio y nunca estarán contentos aunque sean los reyes del mambo. Pero también están aquellos que trabajan para mantener una familia (ya sea unipersonal o numerosa), y esos merecen todo el respeto. Ese segundo tipo de personas necesita una vivienda, un coche (básicamente para ir a trabajar) y muchas otras cosas que, cuando uno vive con sus padres, le parecen lujos innecesarios. ¿Alguna vez has pensado lo que cuesta un televisor de los normalitos? ¿y lo que se gasta uno en el supermercado en una cesta para cuatro?
Pues sí, amigo Prada, hay gente que tiene piso y coche y anda más justa que un dedo en el culo. No se si tu amigo Manguy estará en esa situación, sinceramente espero que no.
Afortunadamente mi situación es, por así decirlo, "holgada", pero conozco a muchos que sí qe podrían decir que "no tienen un duro", cabezas de familia con trabajos inestables o intermitentes, con letras y facturas que pagar. Todos ellos necesitan un piso para vivir y casi todos tienen un coche para desplazarse. La diferencia es que tú ves el coche como un lujo, pero para ellos es una necesidad sin la cual no podrían presentarse a las siete de la mañana en su puesto de trabajo y tampoco podrían volver a su "lujoso piso de VPO" a las nueve de la noche tras echar cinco horas extras por siete euros la hora.
No se si te acordarás de mi. Tal vez no me recuerdes porque frecuento poco la pequeña y coqueta tacita. Como muchos otros, tuve que emigrar para poder vivir sin quejarme de que no tengo un duro. De momento, no me quejo, pero si alguna vez lo hago ten por seguro de que será por necesidad, así que te agradecería mucho que no te rieras de mi.

Por cierto, cuando quieras te invito a unas cervezas.

Rafa Oliva.

Jose Prada dijo...

Si me conoces bien, sabes perfectamente que no me refiero a la persona que lucha como puede para salir adelante echándole huevos a la cosa. Me refiero exáctamente a aquellos que se quejan por vicio, a los que pasan de protestar ante la imposibilidad de tener bienes necesarios -con el coche estoy de acuerdo, pero lo de la propiedad de la casa me sigue pareciendo un concepto arcaico español, si no mira de Pirineos para arriba-, a protestar porque le gustaría tener el mejor plasma. Todos caemos alguna vez en ese pensamiento egoísta de tener lo que tiene X, así somos por naturaleza, pero en mi caso me lo curo pensando en cualquier imagen diaria que se esté dando unos kilómetros al sur de aquí, por ejemplo. Y te juro que se me quita la tontería, pero del tirón vamos. Y lo de los 4000 euros, ya me conoces, es una pequeña exageración. Aunque has abierto una interesante vía de discusión sobre la heredad, que la que ya hablaremos otro día, haciendo un estudio de cómo les va a los negocios más rentables de Cádiz y de cómo papá tuvo que ver en esa historia. Te quedarías sorprendido.
Otra de las maneras que utilizo para que se me quite la tontería es beber algunas cervezas así que, encantado de la invitación. Un saludo.

Daniel dijo...

Querido Rafa, hoy en dia hasta tener una familia es todo un lujo.
Me gustaria tener hijos pero no puedo permitirmelo, y las cosas que no puedo permitirme al dia de hoy completan mi infinita lista de "Lujos".
Incluso tener trabajo es un lujo algunas veces.
Si parto de esa base, el resto de lo que comentas son obligaciones creadas en torno al lujo que te has permitido (impersonal).

Los que se los permitan...que apechuguen y se dejen de protestar.

¿Que no es justo? ¿que esas cosas no deberían ser un lujo? ya lo se. Bienvenido al mundo


Saludos

Raf. dijo...

Ciertísimo. En los tiempos que corren es todo un lujo que se respeten los derechos fundamentales. También es verdad que el españolito de a pié no está contento a menos que "posea" la casa en la que vive. Se puede vivir perfectamente de alquiler, aunque esa opción sólo es inteligente si el coste es menor al de tener la vivienda en propiedad. Muchas veces los precios de comprar y alquilar son similares, si exceptuamos Cádiz, donde podemos encontrar fácilmente pisos que terminarían de pagar nuestros nietos. Eso si los tenemos, ya que la descendencia es un lujo...

Volviendo al "culo veo, culo quiero", parece mentira que con estas edades todavía anden algunos pensando en cómo coño van a pagar el BMW que se han comprado, sólo para que sea más grande que el del vecino. Y hay muchos a los que ni siquiera les gusta conducir. Cuando teníamos diez años uno era feliz sólo por tener un plastidecor más que el compañero (si era el de color carne o el plateado eras el rey de la clase), y yo pensaba que era cosa de la edad. Pero resulta que es condición humana. ¿A dónde vamos a llegar? Pues a un bar, que es donde siempre termina uno cuando piensa en estas cosas. Por cierto, eso sí que es un buen negocio, sobre todo en España. Esa es la herencia que nos han dejado los pícaros, los tercios de Flandes y el pirata Drake: la cultura del vino.

En carnaval andaré unos días por allí, a ver si nos vemos.