Comenta Ramón Solís en su libro "El Cádiz de las Cortes" que, ante la orden -por parte de las mismas-, de la construcción del fuerte de Cortadura para la defensa del francés, todos los gaditanos, sin importar su clase social, acudieron prestos. Era increíble ver el trabajo desinteresado de tanta gente levantando aquella muralla -que finalmente apenas sirvió de nada- allí reunida sin orden ni concierto.
La cosa -prosigue el autor- cambió bastante cuando se establecieron turnos ordenados y se jerarquizó la tarea. Muchos dejaron de ir, lo que supuso incluso la amenaza para aquellos gaditanos que no lo hicieran. Dice Solís que fue injusto ese tratamiento por parte de las Cortes, cuando habían sido los gaditanos de motu propio los que habían empezado desinteresadamente la tarea.
Imagino la situación de otra manera a la que describe Solís. Aunque los hechos sean los mismos, imagino a dos estibadores en el muelle, el primer día de la afluencia masiva para la construcción de la muralla:
- Que calor, picha.
- Pero calor. Pasame esa caja, anda.
- Toma. -Se limpia el sudor de la frente, cuando divisa algo en el fondo. -¿Qué es eso?
- ¿El qué? Ah, creo que es lo de Cortadura. -Lo que presencian es un éxodo masivo de todo tipo de gente, subiendo la cuesta de las Calesas.
- ¿Lo de Cortadura?
- Sí, joé. Por lo visto los políticos han llamao a la gente pa que se apunte a construir la muralla, que los franceses están cerca.
- Pero, ¿no curran?
- Sí, pero los mismos patrones van, es algo patriótico dicen.
- ¿Algo patriótico? Lo que hace aquí es un calor del carajo. Anda, pillate un par de bocadillos de tortilla y nos vamos pa ya, echamos un diíta de playa, que está el tiempo del carajo, y vemos pibas. Ponemos un par de ladrillos y nos damos un bañito, ¿no?
- Venga, yo iba a quedarme tol día, así que he traío un tapergüé con pimientitos.
- Po venga, picha, que aquí estamos perdiendo tiempo y dinero. No vamos a ser los tontos nosotros.
Días después, cuando se organizan los turnos, horarios, y empieza a ser obligatorio el asunto:
- Mí esta gente, los políticos. Tos iguales. Esta gente se han creío que somos tontos. Que vengan ellos, cojones, a poner piedras. Van a vení a robá a la carse.
- Por la cara picha. Además, que estamos aquí en el muelle currando, no tocándonos los huevos.
jueves, 22 de enero de 2009
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