Esto es un comentario mío a una entrada anterior que reproduzco aquí antes de que la otra página mida kilómetros.
No sabía que lo que escribí sobre la igualdad pudiera malinterpretarse de esa manera. Perdón a los/las ofendidos/as. Defiendo no la igualdad de la mujer, sino la igualdad entre inmigrantes y no inmigrantes, pobres y ricos, y por supuesto mujeres y hombres. Algo que cualquiera que me conozca un poco sabe. Lo que mi sentido común no me permite es aceptar la consecución de ese objetivo por medio de medidas surrealistas y tan estúpidas que tiren por tierra el verdadero trabajo de feministas con dos dedos de frente que saben que, aunque a su niño le enseñen a decir "médica" en lugar de "médico", no por ello va a dejar de maltratar a su mujer. Diferenciar, en lugar de integrar. Crear la diferencia cuando no existe. Crear "jueza" para diferenciar no ya del masculino, "juezo", que no existe, sino del neutro "juez", que unifica a ambos. Tonterías como esa.
Así que lo que defiendo es la acción directa, con la cara al descubierto. Por ejemplo, cambiando de cabo a rabo el sistema educativo claramente machista, creando un departamento en el órgano legislativo del gobierno o directamente sacando a referendum propuestas que verdaderamente detengan el maltrato de género. ¿Alguien iba a estar en desacuerdo con eso? ¿O será que por el hecho de haber política -oscura palabra- de por medio, no conviene, y es mejor tirar de pegatinas, cambios aleatorios en el diccionario y Ministerios de Igualdad que Igual dan, llevados por gente inepta?
Y lo que más me indigna es que gente a la que considero inteligente pueda llegar a creer que me van a colar la pamplina. Resumiendo: estoy en contra de toda violencia, incluida la de género, pero estoy en contra del feminismo de papanatas que cobran su sueldo por proponer, hacer o decir tonterías, que quedan bien en sus discursos y que son los que hacen que la gente que sí confunde ideologías considere a todo el feminismo -al de verdad, y al de tebeo- como una tomadura de pelo.
domingo, 4 de enero de 2009
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3 comentarios:
Que venga la minista de igualdad y me diga que es igual que mi madre o mi hermana. que venga y me diga que en su casa no tiene asistenta y que me diga en base a qué hay que repartir por género las plazas de trabajo y su jefe se empeña en esa gilipollez de la paridad... Si para 10 puestos se presentan 40 hombres válidos y 40 mujeres ineptas ¿por qué narices hay que darles cinco? Y si fuera al revés pues igual, que entraran las 10 mejores para el sitio, no que metieran a cinco tontos.
"Las mujeres queremos compartir deberes y derechos por igual"... que esta señorita me diga eso cuando no le cobren para entrar en un local nocturno y a su acompañante sí.
La verdad es que das en el clavo justo cuando mientas la palabra política. Es sólo eso, politiqueo barato de cara al escaparate, ese que nos tiene pegados al sofá viendo la mierda que nos ponen en la TV, en vez de salir a protestar... pero vamos.
Este tema se resume en esta soberana tontería. Cuando lo vi en un telediario no me lo podía creer; creí que estábamos en 28 de diciembre o parecido: Los semáforos con figuras femeninas se mantendrán.
Esta noticia es posterior. El reportaje que vi en la TV fue de cuando los colocaron... de risa...
Qué bueno, Enrique. Carmen Gallego dice "El lenguaje construye la realidad". Impresionante. Pensé que era al revés. ¿La estupidez construye al estúpido, o viceversa? Por cierto, por un lado, reivindicación de la figura femenina con la faldita; por otro, que se eliminen las faldas en las enfermeras. A ver si nos aclaramos. El polvorón.
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